LA MADERA
La madera es uno de
los materiales de construcción más utilizado a lo largo de la historia. Su gran
valor decorativo, junto a las excelentes propiedades físico mecánicas que
presenta, a la par de que es una materia prima de fácil acceso que puede
elaborarse sin necesidad de equipos sofisticados, son algunas de las razones
que fundamentan su empleo por el hombre en forma ininterrumpida a través de los
siglos y también de que éste, desde tiempos remotos, haya aprendido, dada la
utilidad de la misma, no sólo a conocer las especies mas resistentes al ataque
de los diversos agentes destructores, sino también a idear métodos de lucha
contra los mismos en función de los conocimientos que poseía en cada momento.
No obstante presenta, al igual que todos los demás materiales, ciertas
limitaciones derivadas de su naturaleza orgánica, entre las que se destaca la
relativa facilidad con que se altera en determinados medios, lo que ha
originado que con frecuencia se la considere como poco durable.
Ésta creencia
generalizada constituye un error, ya que la madera posee por ejemplo, un muy
buen comportamiento ante atmósferas agresivas y frente al oxígeno del aire que
corroen rápidamente los metales y degradan la mayor parte de las resinas
sintéticas.
·
Propiedades
de la madera
Propiedades Físicas
Se define como propiedades físicas de Ia madera a aquellas
características que pueden ser determinadas sin alterar Ia integridad de Ia
muestra ni su composición química. Entre ellas podemos diferenciar dos tipos:
Propiedades no dependientes de Ia estructura.
- color
- brillo
- olor y gusto
- humedad
Propiedades que dependen de Ia estructura.
-
Estructura,
textura y grano
-
Dureza
-
Peso
específico
-
Propiedades
térmicas
-
Propiedades
eléctricas
-
Propiedades
acústicas
-
Combustibilidad
Propiedades Mecánicas
-
Resistencia
mecánica
-
Deformabilidad
-
Resistencia
al desgaste
-
Resilencia
-
Resistencia
al hundimiento
·
Enfermedades
de la madera
Las enfermedades de madera,
se asocian tradicionalmente a daños causados en tejidos lignificados por
agentes infecciosos , insectos pequeños que se alimentan de la albura (los
cerambícios), almidón (los licticios), distintos tipos de madera en muebles,
construcciones, etc. (los anóbidos)
El tratamiento consiste en
identificar el tipo de insecto que ataca
a la madera o infección que se presenta en el árbol.
·
Medidas
de protección contra hongos e insectos
Aunque desde el
punto de vista teórico los tratamientos de protección debieran orientarse hacia
el adecuado control de las causas del desarrollo del ataque y a bloquear en Ia
madera los procesos de degradación, Ia tecnología actual de los tratamientos
consiste en Ia introducción en Ia madera de productos tóxicos para los agentes
biológicos o repelentes de los mismos.
Los antisépticos
Los protectores son
sustancias químicas que utilizadas aisladamente o en combinación, están
destinadas a asegurar a Ia madera, previa aplicación de los mismos por
procedimientos adecuados, una mayor resistencia a los agentes destructores.
Las
características o propiedades de un protector, si bien no suelen influir de un
modo determinante en su proceso de aplicación, sí lo condicionan en gran medida
por razones de tipo técnico y económico.
En consecuencia, para proceder a su
elección hay que tener presente tanto el tipo de madera que se va a impregnar
(especie, dimensiones de Ia pieza, contenido de humedad) como las condiciones
de su puesta en obra, procurando en todo caso que reuna el mayor número posible
de características favorables, entre las que podemos destacar las siguientes:
Condiciones esenciales: Ser eficaz contra los agentes destructores dela madera
(debe ser tóxico para los hongos, insectos, perforadores marinos y vertebrados
terrestres o aéreos). Tener una acción lo más duradera posible, es decir, ser
químicamente estable y resistir el envejecimiento (deslavado y Ia evaporación).
No alterar las
condiciones físicas ni mecánicas de Ia madera. No debe atacar ninguno de los
componentes de Ia madera ya que produciría Ia degradación de Ia misma. Penetrar
convenientemente en Ia madera, al menos por el sistema de tratamiento elegido,
y extenderse fácilmente en Ia pieza a tratar.
Condiciones importantes aunque no
siempre imprescindibles: Que su aplicación no sea peligrosa para el hombre. Esto
es difícil de lograr por su propia naturaleza. No comunicar a Ia madera ningún
tipo de toxicidad hacia hombres o animales (esto es imperativo para maderas
utilizadas en interiores habitados).
Asimismo no debe corromper ni convertir en
no comestibles a los alimentos que pudieran estar en contacto con Ia madera
tratada. No aumentar Ia combustibilidad ni Ia inflamabilidad de Ia madera
protegida. No ser corrosivo para los metales o serlo lo menos posible. Ser
inodoro (imprescindible en ambientes interiores habitados). No alterar el color
de las maderas que vayan a utilizarse al natural.
Ser químicamente compatible
con los revestimientos superficiales (pinturas, esmaltes, Iacas o barnices).
Mantener una
adecuada relación costo-beneficio. La economía obtenida en Ia protección debe
guardar relación con el costo del tratamiento.
·
Tratamiento
de la madera
Para que un
producto brinde Ia protección adecuada a una madera expuesta a degradarse, debe
poder situarse en su óptima concentración en las áreas vulnerables. La medida
real de su eficacia no puede establecerse inmediatamente a su formulación o
tratamiento, sin someterse a ensayos mas o menos acelerados. Las variables para
medir Ia eficiencia de un producto intrínsecamente protector son:
Penetración.
Es Ia profundidad alcanzada por un protector en Ia
madera tratada. Retención. Es Ia
cantidad de protector contenido por unidad de volúmen realmente impregnado, o
por unidad de superficie tratada en el caso de los tratamientos superficiales. Distribución. Se refiere a Ia
homogeneidad de retención en distintos sectores tratados.
Si bien Ia
retención es técnica de control en laboratorio, las otras dos pueden hacerse a
la recepción con Ia barrena de Preles, ya que los protectores colorean
normalmente Ia madera. Se denominan sistemas o técnicas de tratamiento a los
métodos empleados para introducirlos protectores en la madera. De modo
esquemático puede decirse que existen tres modos de penetración de los
antisépticos :
Desplazamiento dela
savia por Ia solución de tratamiento enla madera recién apeada. Difusión a
través de las paredes celulares de una solución concentrada aplicada a Ia
superficie de Ia madera verde.
Impregnación por
capilaridad o presión, de las células dela madera seca (humedad inferior al
punto de saturación de Ia fibra) y posterior absorción del protector por Ia
pared celular.
Este método es el
generalmente empleado en Ia madera de construcción, y Ia noción de
permeabilidad (es decir Ia aptitud de Ia madera seca a dejarse penetrar por un
protector), está referida a él. La permeabilidad de una madera varía según Ia
especie, dependiendo de su estructura anatómica, pero no está ligada a su
densidad ni a su dureza. Precisamente de Ia permeabilidad de una madera depende
el sistema de tratamiento a elegir, así como Ia penetración conseguida y por
tanto, el grado de protección alcanzado. Los sistemas de tratamiento
antiséptico de Ia madera pueden tener caracter de preventivos o curativos según
se apliquen ala madera previamente a su puesta en obra, o cuando tienden a
interrumpir un proceso de destrucción ya iniciado, eliminando por medios
apropiados los agentes destructores y dejando a Ia madera protegida de
cualquier nuevo intento de ataque.
·
Tipos
de madera II
Maderas duras:
Son aquellas que proceden de árboles de un crecimiento
lento (los de hoja caduca), por lo que pesan más y soportan mejor las
inclemencias del tiempo que las blandas. Estas maderas proceden de árboles que
tardan décadas, e incluso siglos, en alcanzar el grado de madurez suficiente
para ser cortadas y poder ser empleadas en la elaboración de muebles o vigas de
los caseríos o viviendas unifamiliares. Son mucho más caras que las blandas,
debido a que su lento crecimiento provoca su escasez, pero son de mucha mayor
calidad. También son muy empleadas para realizar tallas de madera.
EJEMPLOS
Haya, roble, nogal, ébano, cerezo, castaño, fresno, olivo
Maderas blandas:
La
gran ventaja que tienen respecto a las maderas duras, es que tienen un periodo
de crecimiento mucho más corto (los de hoja perenne), que provoca que su precio
sea mucho menor. Este tipo de madera no tiene una vida tan larga como las
duras. Dar forma a las maderas blandas es mucho más sencillo, aunque tiene la
desventaja de producir mayor cantidad de astillas, por lo que el acabado es
mucho peor. Además, la carencia de veteado de esta madera le resta atractivo,
por lo que casi siempre es necesario pintarla, barnizarla o teñirla.
EJEMPLOS
Pino,
abeto, balsa, chopo.